Automedicación en Colombia y Venezuela: ¿Supervivencia o Riesgo Silencioso?

La automedicación es un fenómeno común tanto en Colombia como en Venezuela, pero las circunstancias sociales, económicas y culturales de cada país influyen en las diferencias en cómo se practica. Aquí se detallan las principales diferencias:

1. Acceso a medicamentos

Colombia: Existe un sistema de salud estructurado (EPS y régimen subsidiado), lo que permite mayor acceso a medicamentos a través de prescripción médica. Sin embargo, la automedicación ocurre principalmente con medicamentos de venta libre y antibióticos.

Las farmacias están reguladas, aunque hay casos donde se venden medicamentos sin receta médica, especialmente en áreas rurales o menos supervisadas.

Venezuela : La crisis económica y la escasez de medicamentos han llevado a las personas a automedicarse con lo que esté disponible, incluso medicamentos vencidos o de dudosa procedencia.

La falta de acceso a profesionales de la salud fomenta el uso de remedios caseros o medicamentos obtenidos sin supervisión.

2. Regulación y control

Colombia: El control de medicamentos es más estricto. Aunque hay farmacias que incumplen, en general, se requiere receta médica para adquirir medicamentos controlados como antibióticos o psicotrópicos.

Las campañas de concienciación sobre el uso responsable de medicamentos están presentes, aunque no siempre son efectivas.

Venezuela: La regulación es débil debido a la crisis institucional. Es común encontrar medicamentos sin ningún tipo de control sanitario en mercados informales.

La automedicación se ha normalizado como un mecanismo de supervivencia.

3. Factores económicos

Colombia: A pesar de tener un sistema de salud con acceso gratuito o subsidiado, el copago, las largas filas y los retrasos en la entrega de medicamentos llevan a algunas personas a automedicarse.

Las personas con mayor capacidad económica tienden a comprar medicamentos sin receta para evitar consultas médicas.

Venezuela: La hiperinflación y la falta de acceso a divisas han hecho que las personas recurran a automedicarse para ahorrar en consultas médicas o porque no pueden pagar un medicamento más caro.

El intercambio de medicamentos entre vecinos y familiares es una práctica común.

4. Uso de medicamentos específicos

Colombia: Es común la automedicación con analgésicos, antiinflamatorios, antigripales y antibióticos.

Existe mayor conocimiento (aunque no siempre correcto) sobre los medicamentos genéricos debido a campañas informativas.

Venezuela: Los medicamentos más automedicados son analgésicos, remedios para enfermedades estomacales y antibióticos.

La falta de medicamentos ha fomentado la automedicación con alternativas menos convencionales, como el uso de medicamentos veterinarios.

5. Influencia cultural y social

Colombia: La automedicación está más relacionada con la comodidad y la falta de tiempo para acudir al médico.

El consejo farmacéutico tiene un rol importante, ya que muchas personas confían en los farmacéuticos como fuente de información.

Venezuela: La automedicación es una respuesta a la crisis sanitaria. La población tiende a confiar en la experiencia de otros (familiares, amigos) y en remedios caseros debido a la falta de acceso a atención médica adecuada.

Los grupos sociales y redes informales tienen un papel más activo en la difusión de información sobre medicamentos.

Conclusión

En Colombia, la automedicación es más una cuestión de accesibilidad y conveniencia, mientras que en Venezuela, es una respuesta a la crisis de salud y escasez. Ambas situaciones presentan riesgos graves para la salud, pero los motivos subyacentes y los contextos en los que ocurre difieren notablemente.